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Infograma del Modelo de Madurez Kanban
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¿Necesitas evolucionar la agilidad en tu organización?
Si estás buscando incrementar el nivel de madurez en la aplicación de principios y prácticas ágiles porque ya tiene varios meses o algunos años que iniciaste y consideras que estás listo para dar un siguiente paso o afinar la estrategia, te compartimos la siguiente información.
Evita los 3 típicos deslices que impiden a las organizaciones ir al siguiente nivel de agilidad
Aunque se critica a algunos métodos por ser prescriptivos, estos resultan ser una guía para facilitar que las personas adopten las prácticas. Mientras menos prescriptivo, se requiere mayor experiencia y conocimiento de las personas que lo adoptarán ya que deberán tomar decisiones sin tantas políticas o definiciones preestablecidas.
Cualquiera que sea el camino que elegiste para adoptar la agilidad, es probable que estés presentando alguno de los 3 típicos deslices que impiden a las organizaciones ir al siguiente nivel de la evolución ágil.
1. La iniciativa tiene su origen en un área específica de la organización. La alta gerencia carece de una visión holística, aunque logra visualizar en el entorno exterior las bondades de la agilidad, no está consciente de la necesidad de permear la cultura hacia todas las áreas. Mientras que las otras áreas al observar el inicio del cambio cultural, no logran identificar la relación que podrían o deberían tener con ellos, debido a una falta de entendimiento de la cultura ágil. Los equipos que intentan adoptar la agilidad se enfrentan a múltiples desafíos como son: presión de la alta gerencia para cumplir plazos, incentivos salariales desalineados a la cultura ágil, presión del área presupuestal por entregar planes y de la oficina de proyectos para reportar métricas, exigencia de participación en múltiples equipos o proyectos simultáneos.
2. El esfuerzo de los equipos se ve mermado cuando notan la falta de apoyo de la alta gerencia. Se resistirán a continuar trabajando de la misma manera y harán lo posible por menoscabar los beneficios de la iniciativa. En los espacios de reflexión aprovechan para asignar culpas y no se logran mejoras. Las personas pierden el compromiso debido a la carencia de propósito, porque en muchas ocasiones no han sido sensibilizadas completamente de los beneficios de la agilidad, y no saben cómo abordar las situaciones.
3. Asumir la agilidad como una moda y convencer a la organización de que se está “haciendo agile”. En algunos casos los esfuerzos son notables y las acciones visibles, pero no se perciben beneficios tangibles. Los equipos trabajan horas extra para cumplir los compromisos de la iteración, con el equipo desgastado; existen demasiadas dependencias con equipos externos y los resultados son limitados. Sucede que falta comprensión del método o modelo que se está implementando y sus fundamentos.
Se necesita ayuda externa para apoyar y guiar a los equipos y organizaciones hacia los objetivos principales de la iniciativa ágil:
La agilidad es un viaje continuo y requiere liderazgo activo y comprometido de áreas críticas y rectoras como talento humano, carteras de proyectos y tecnologías de información. El camino hacia la agilidad es largo y complejo, y no existe una ruta que funcione igual para todos.
Te ofrecemos capacitación y coaching, definiremos juntos una estrategia agile personalizada.
¡Contáctanos! Recibirás el infograma del Modelo de Madurez del Método Kanban que te ayudará a comprender cómo lograr un ritmo suave y sostenible en la evolución ágil.
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Evita los 3 típicos deslices que impiden a las organizaciones ir al siguiente nivel de agilidad
Aunque se critica a algunos métodos por ser prescriptivos, estos resultan ser una guía para facilitar que las personas adopten las prácticas. Mientras menos prescriptivo, se requiere mayor experiencia y conocimiento de las personas que lo adoptarán ya que deberán tomar decisiones sin tantas políticas o definiciones preestablecidas.
Cualquiera que sea el camino que elegiste para adoptar la agilidad, es probable que estés presentando alguno de los 3 típicos deslices que impiden a las organizaciones ir al siguiente nivel de la evolución ágil.
1. La iniciativa tiene su origen en un área específica de la organización. La alta gerencia carece de una visión holística, aunque logra visualizar en el entorno exterior las bondades de la agilidad, no está consciente de la necesidad de permear la cultura hacia todas las áreas. Mientras que las otras áreas al observar el inicio del cambio cultural, no logran identificar la relación que podrían o deberían tener con ellos, debido a una falta de entendimiento de la cultura ágil. Los equipos que intentan adoptar la agilidad se enfrentan a múltiples desafíos como son: presión de la alta gerencia para cumplir plazos, incentivos salariales desalineados a la cultura ágil, presión del área presupuestal por entregar planes y de la oficina de proyectos para reportar métricas, exigencia de participación en múltiples equipos o proyectos simultáneos.
2. El esfuerzo de los equipos se ve mermado cuando notan la falta de apoyo de la alta gerencia. Se resistirán a continuar trabajando de la misma manera y harán lo posible por menoscabar los beneficios de la iniciativa. En los espacios de reflexión aprovechan para asignar culpas y no se logran mejoras. Las personas pierden el compromiso debido a la carencia de propósito, porque en muchas ocasiones no han sido sensibilizadas completamente de los beneficios de la agilidad, y no saben cómo abordar las situaciones.
3. Asumir la agilidad como una moda y convencer a la organización de que se está “haciendo agile”. En algunos casos los esfuerzos son notables y las acciones visibles, pero no se perciben beneficios tangibles. Los equipos trabajan horas extra para cumplir los compromisos de la iteración, con el equipo desgastado; existen demasiadas dependencias con equipos externos y los resultados son limitados. Sucede que falta comprensión del método o modelo que se está implementando y sus fundamentos.
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La agilidad es un viaje continuo y requiere liderazgo activo y comprometido de áreas críticas y rectoras como talento humano, carteras de proyectos y tecnologías de información. El camino hacia la agilidad es largo y complejo, y no existe una ruta que funcione igual para todos.
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